sábado, 14 de diciembre de 2013

ORÍGENES DEL MONOTEÍSMO

En el calor de este verano he escrito un artículo al que he titulado "Rey Josías"https://sites.google.com/site/temasdelahistoria/rey-josias y que trata sobre los orígenes del judaísmo en particular y del monoteísmo en general. En dicho artículo se hace referencia a diversos testimonios que demuestran que el núcleo central de la Biblia fue escrito entre finales del Siglo VIII a. C. y finales del Siglo VII a. C. La documentación que utilizo en este artículo está extraída íntegramente de las investigaciones y publicaciones de los arqueólogos israelíes Israel Finkelstein y Neil Asher Silberman.
La deducción más asombrosa que se extrae de lo expuesto en este escrito es que los conceptos básicos del monoteismo judaíta fueron elaborados por un grupo reducido de personas, funcionarios y sacerdotes, que poseían una formación intelectual muy por encima del resto de las personas de aquella sociedad. Podemos decir que la Biblia, al menos en su porción nuclear, fue escrita en un espacio reducido, es decir, en las dependencias del Templo y en las oficinas y archivos de la ciudadela de Jerusalén.
Sin embargo, este enorme esfuerzo intelectual y literario no fue lo que le dio a la Biblia la proyección universal que tiene hoy día y que previsiblemente tendrá siempre. Fue el fracaso de aquel gran proyecto y la posterior voluntad del pueblo judío de mantener viva aquella idea lo que construyó definitivamente el edificio del monoteísmo. Todo ello a pesar de las inmensas dificultades que encontró el judaísmo para sobrevivir a lo largo de los siglos.
De la misma manera, podemos contemplar el origen del cristianismo ya en aquellos tiempos; pues solo se trataría, en esencia, de una interpretación peculiar de las causas de aquel fracaso histórico que supuso la muerte del rey Josías y la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor, y de una chispa de esperanza para aquellos que creían que, a pesar de todo, Dios establecería su reino en la Tierra y la casa de David se volvería a sentar en el trono de Jerusalén.

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